¿Puede influenciar el COVID-19 en el avance de la transición energética? A priori, podría parecer que no. Sin embargo, las pruebas nos dicen lo contrario. Desde que, a principios de año, saltara la noticia de que nos tendríamos que enfrentar a una pandemia de escala planetaria, hemos tenido que reconsiderar muchas cosas que dábamos por hecho.

Entre otras cosas, esta situación nos ha hecho ser conscientes de cuánto dependemos de la energía eléctrica. Una sociedad como la nuestra, que, para hacer frente a la crisis, se ha apoyado en las tecnologías, necesita la electricidad para mantener la normalidad.

Sin embargo, a todo hay que buscarle su lado positivo y, en este caso, se lo ha llevado el medio ambiente. Desde que comenzara el confinamiento, las emisiones de CO2 se han reducido en todo el mundo. Parece que, después de la pandemia, nuestro mundo tendrá que adaptarse a una nueva normalidad, al menos hasta que aparezca una vacuna. Pero ¿podemos encontrar en esta situación excepcional una oportunidad para salvar el planeta del cambio climático?

El COVID-19 y la Transición Energética: nuevo paradigma

Tal y cómo decía el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, no se trata de combatir el cambio climático con un virus, pero tenemos la oportunidad de volver a poner en marcha nuestras vidas de una manera más respetuosa.

En enero de 2020, La Unión Europea presentó su Green Deal, un plan climático que busca revertir el cambio climático y frenar sus efectos. Para conseguir sus objetivos, entre otras acciones, el plan fija unas metas de producción de carbono:

  • Reducción del 50% de las emisiones para 2030.
  • Neutralidad climática para 2050.

Hasta hace nada estos objetivos se consideraban ambiciosos, e incluso difíciles de alcanzar, pero en menos de dos meses hemos conseguido acercarnos a los niveles exigidos por el plan, y no solo en Europa, sino todo el mundo.

Para el director de la  Organización Meteorológica Mundial, la disminución de las emisiones durante las crisis económicas es seguida por un rápido aumento, pero son muchos los que piensan que aprovechando el impulso podemos conseguir la deseada transición energética hacia energías más limpias.

Daniel Whitaker, periodista especializado en los cambios en el sector de las energías renovables, entiende que hay tres formas principales en las que la pandemia puede cambiar nuestro enfoque sobre el cambio climático.

  • Incluyendo la transición energética en los planes de estimulación. Si los gobiernos incluyen en sus planes de recuperación el despliegue las tecnologías limpias, puede suponer un beneficio económico e impulso de la actividad económica y al mismo tiempo avanzar en la transición energética.
  • Eliminar los subsidios al petróleo. La pandemia ha provocado una caída de la demanda de petróleo y, con ello, del precio. Mientras el petróleo entra en crisis, las energías limpias están listas para comenzar a utilizarse: los costes de la energía solar y eólica se disminuyen y el hidrógeno y las nuevas tecnologías como Power- to. X, están listas para ampliarse.
  • Crear sistemas energéticos flexibles que puedan atender la demanda de energía. Ahora mismo las energías renovables no pueden hacer frente solas a nuestra demanda. Si invertimos en energías más limpias, algún día podremos basar nuestra electricidad en el hidrógeno, y las energías renovables no dependerán del clima, pero hasta entonces, los sistemas deben ser lo suficientemente flexibles como para cambiar a otras fuentes de energía en tiempos de poco sol o viento, y garantizar una capacidad firme de electricidad.

¿Por qué es importante la transición energética?

La crisis climática va mucho más allá del cambio climático. Si bien es cierto que el clima es uno de los problemas esenciales, éste es solo la punta del iceberg. Desde problemas de abastecimiento de energía hasta nuevas enfermedades y epidemias, son múltiples los efectos adversos.

Con la firma del Acuerdo de Paris en 2015, los países se comprometieron a reducir sus emisiones contaminantes y reforzar el papel de las renovables. El primer paso para cumplir con los objetivos es la transición energética.

El concepto de transición energética” se define como un cambio estructural a largo plazo en los sistemas energéticos​. El objetivo es encontrar la mejor combinación entre energías limpias y de alta eficiencia, garantizando el suministro para una población ávida de energía primaria y electricidad.

La transición en curso prevé la sustitución de las fuentes contaminantes por energías limpias además de la progresiva descarbonización y electrificación de la economía. Algunos países como Egipto o Chile ya han empezado a tomar medidas para cumplir con sus objetivos.   

Para ayudar a los países a cumplir con el acuerdo, Siemens se ha centrado en desarrollar la tecnología necesaria para responder a estos nuevos desafíos del sector, tanto a nivel tecnológico como en su competitividad.