La India es el segundo país más poblado del mundo con más de mil millones de habitantes. Sin embargo, se estima que, para el año 2030, subirá posiciones hasta colocarse como el primer país con más personas del planeta. Su capital no se queda atrás y, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas, Nueva Delhi es la segunda ciudad más poblada con casi 23 millones de sujetos.

Asistimos a un desarrollo económico espectacular con crecimientos anuales del 8% de su PIB, lo que conlleva nuevas necesidades energéticas, de materias primas y de agua. Al lograr una mayor renta per cápita por habitante y con un aumento tan espectacular de la población, sin políticas para el ahorro específicas, uno de los principales problemas que surgirán será la escasez de recursos.

Una megaciudad tan poblada requiere de un gran abastecimiento de agua. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son necesarios entre 50 y 100 litros de agua por persona al día para garantizar que se cubren las necesidades básicas y que no surjan grandes amenazas para la salud.

Nueva Delhi suministra alrededor de 3.200 millones de litros de agua por día. Casi el 40% se pierde a lo largo de una red de 9.000 km de tuberías con fugas. Así, los 23 millones de personas de la ciudad tienen una disponibilidad de agua per cápita de 120 litros. Sin embargo, Delhi también necesita agua para uso no doméstico. Un reciente estudio de la ASSOCHAM estima que, un tercio del consumo de la ciudad se destinó al sector comercial y hotelero. Por lo que, la disponibilidad real per cápita de agua para uso doméstico, es de apenas 80 litros, muy por debajo de lo que la OMS estima como óptimo.

Para asegurar el abastecimiento de agua, la gran ciudad tiene que buscar soluciones sostenibles y eficientes, como por ejemplo:

•    Cosechar agua de lluvia: si se recogiese y tratase el agua de lluvia caída en un área de 200 metros cuadrados, se podrían producir 7.200 litros, lo que equivale a la exigencia óptima anual de un individuo.
•    Tratamiento de aguas residuales: sólo 1.500 millones de litros de aguas residuales de la capital se someten a tratamiento y el resto entra en los sistemas de agua directamente. El Gobierno ha inyectado 1.300 millones de rupias para mejorar esta labor pero esta cantidad sólo cubre el tratamiento del 60% de las aguas residuales.
•    Mejorar las tuberías y canales de distribución: invertir en mejores tecnologías y equipamientos más eficientes que eviten pérdidas hídricas.

La recolección de agua de lluvia, la mejora de los canales de suministro y el tratamiento de las aguas residuales pueden ser una buena solución para solventar la escasez del agua. Sin embargo, esta tarea difícil requiere de la participación de todos los ciudadanos, evitando la contaminación de sus ríos y acuíferos, generando un entorno más sostenible con el entorno para su propio beneficio.