Las personas pasan gran parte de su tiempo en el lugar de trabajo y, al igual que ocurre con otras infraestructuras, las oficinas también pueden convertirse en un importante punto de contaminación ambiental. Tanto a la hora de desempeñar el trabajo, como en el desplazamiento al mismo, son muchos los aspectos que pueden cambiarse para mejorar su eficiencia. La creciente concienciación sobre la protección del medio ambiente hace que cada vez sea más popular el concepto de las oficinas verdes.

¿En qué consisten? Una oficina verde hace referencia al uso eficiente de los recursos de trabajo  para funcionar de forma eficaz y rentable, y así poder reducir un impacto negativo sobre el entorno. Veamos algunas de sus características y los puntos en los que centran su atención:

 1. Mejorar la eficiencia en iluminación: utilizar lámparas y bombillas de bajo consumo, potenciar la iluminación natural o instalar sensores de movimiento son algunas de las soluciones para optimizar el ahorro. Si además regulamos la potencia de iluminación, podremos reducir el consumo energético en un 75%.

2. Utilizar equipos energéticamente eficientes: (impresoras, ordenadores,  fotocopiadoras y máquinas de fax) y apagarlos cuando no estén siendo utilizados para no incurrir en una exceso de consumo energético.

3. Eliminar el uso de papel: una de las mayores fuentes de residuos en el trabajo es el consumo de papel. Fomentando el empleo de nuevas tecnologías, así como los soportes virtuales, como por ejemplo leer los documentos en el ordenador en lugar de imprimirlos, puede suponer un ahorro significativo. Si además utilizamos papel libre de cloro e instalamos contenedores para el reciclaje, estaremos contribuyendo positivamente a mejorar el entorno.

4. Regulación de la temperatura: desconectar los equipos por las noches y fines de semana y bajar la temperatura de la oficina un par de grados puede suponer un ahorro del 10% en la factura de la electricidad. Pero este ahorro puede ser todavía mayor si instalamos un sistema de control centralizado de temperatura y equipos de climatización eficientes. Esto permitirá que el ahorro aumente hasta un 30% respecto a los sistemas tradicionales.

5. Potenciar el teletrabajo: permitir que los empleados trabajen desde casa, por lo menos una vez a la semana, puede suponer ahorro en términos de energía y transporte.

La aplicación de estos cambios puede contribuir positivamente en la mejora de la
productividad de los trabajadores:

  • En el caso de la climatización, expertos consideran que el rendimiento de trabajo desciende considerablemente cuando la temperatura sube de los 24º.
  • El uso de documentos digitales facilita el acceso a la información y contribuye a mejorar el orden en la oficina, uno de los problemas que más estrés laboral ocasiona.
  • La decoración con plantas, junto con una iluminación natural, crea un entorno amigable que puede motivar más a los trabajadores.

Para lograr una oficina verde es imprescindible la colaboración de todos. Y es que
la sostenibilidad, la productividad y la satisfacción de los trabajadores están
intrínsecamente ligados.