El origen del IoT o Internet de las Cosas es burbujeante. La primera “cosa” que se conectó a Internet fue una máquina de refrescos de la Universidad estadounidense de Carnegie Mellon de Pittsburgh en 1982. La expendedora de bebidas informaba sobre el número de latas y su temperatura.

Los años 80 abrieron el camino al consumo tecnológico tal y como lo entendemos actualmente. La población adquirió su primer ordenador personal, pudo realizar una llamada en la calle más allá de una cabina gracias al teléfono móvil, o incluso experimentó, por primera vez, escuchar música con cascos a través del walkman. En esta época de eclosión, nacería también el concepto de IoT. Sin ese primer paso dado por aquella máquina de vending, no hubiese existido la Industria 4.0, ni la Inteligencia Artificial, ni habríamos conseguido llegar al 5G.

Lejos han quedado ya aquellos refrescos conectados de 1982. Desde el origen del IoT, su uso ha crecido de manera exponencial en los últimos años. Actualmente, 27.000 millones de dispositivos están conectados a la red de todo el mundo y estas cifras no paran de crecer:

  • En 2023, habrá 29.300 millones de dispositivos conectados a Internet
  • En 2025, habrá 75.000 millones de dispositivos.
  • En cinco años, habrá casi diez cosas conectadas a Internet por cada ser humano en la tierra.

Además, el mercado de IoT también aumentará, pasará de unos 248.000 millones de dólares en 2020 a aproximadamente 1,6 billones de dólares en 2025.

El origen del IoT: el poder del dato

La razón por la cual hay cada vez hay más dispositivos conectados es por el poder del dato. Y es que esta conexión puede aportar información de gran valor, desde el estado actual del dispositivo, a información relevante sobre los procesos de su entorno. Asimismo, al recibir información de la red, se puede tener un control absoluto del aparato conectado en tiempo real.

Según un informe de Kaspersky en 2019, casi dos tercios de las empresas implementaron globalmente aplicaciones de IoT. El uso de plataformas IoT no es exclusivo a un único sector, sino que son muchas las industrias que están implementándolo:

  • El 63% de las empresas del sector hotelero
  • El 66% de las compañías de atención médica
  • El 68% de las industrias financieras
  • El 71% de las empresas de TI y Telecomunicaciones

Un ejemplo claro de los beneficios del IoT lo encontramos en las centrales eólicas. Estas plantas generan grandes volúmenes de datos a través de sensores inteligentes y proporcionan información en relación con:

  • Las condiciones actuales del viento
  • Cambio en las condiciones estructurales
  • Estado de las turbinas.

Toda esta información se encuentra en la nube y permite tener una imagen completa de toda la planta. Esto, a su vez, facilita a los operadores la utilización de algoritmos para optimizar el rendimiento de las instalaciones, así como identificar problemas antes de que se produzcan, por ejemplo, a través del mantenimiento predictivo.

El IoT y la Industria 4.0

Otro de los factores que ha ayudado a impulsar el IoT ha sido la Industria 4.0. La digitalización de los procesos productivos ha abierto un nuevo paradigma para el sector manufacturero.

La conectividad de todas las áreas y sistemas involucrados en la cadena de suministro proporciona grandes ventajas para las fábricas:

  • Optimización de los procesos
  • Aumento de la productividad
  • Mayor adaptación a los nuevos requisitos de fabricación
  • Personalización de productos
  • Costes competitivos
  • Mayor eficiencia energética

Los datos en tiempo real son proporcionados a través de sensores localizados en las piezas de proveedores, en máquinas o en sistemas de control de calidad. Estos están conectados a Internet y sus valores se miden y analizan de forma centralizada con el fin de ayudar a tomar mejores decisiones.  

Las fábricas que no transformen los datos de sus plantas en conocimiento se verán superadas por aquellas que sí lo hagan. Y es que tal y como aseguró tan acertadamente Francis Bacon, el conocimiento es poder.

La Inteligencia Artificial aliada del IoT

No obstante, las enormes cantidades de datos proporcionados por el IoT a menudo ocultan información valiosa que no se vislumbra con técnicas analíticas simples. Y es aquí donde la inteligencia artificial juega un papel fundamental. Puede reconocer de forma independiente patrones en valores medidos de la producción y utilizar esta información para mejorar, de forma constante, el proceso de fabricación.

La capacidad actual de la inteligencia artificial es la causa principal del crecimiento actual del IoT. Pero también ocurre de manera inversa. Es decir, sin los ingentes volúmenes de datos que proporciona el Internet de las cosas, la IA no habría evolucionado tal y como lo ha hecho hasta hora. Y es que las redes neuronales requieren grandes volúmenes de datos que en muchos casos no estaban disponibles hasta hace bien poco. El IoT hizo que las “cosas” suministraran cada vez más datos, lo que le ha permitido a la IA desarrollar, mejorar y entrenar sus algoritmos.

El pistoletazo para el 5G

Otro favorecido por el IoT y viceversa es el 5G. Está previsto que el Internet de las Cosas crezca de manera exponencial con la próxima generación de red móvil. La facturación del IoT vinculada al 5G alcanzará los 8.000 millones de dólares en 2025.

El 5G permite a los sensores inteligentes conectarse de manera:

  • Más económica
  • Sin consumir mucha energía
  • Y con tiempos de latencia más cortos

Estas mejoras son especialmente beneficiosas para la Industria 4.0, paralos coches eléctricos o para impulsar la creación de Smart cities. Hasta ahora, los dispositivos estaban conectados por cables o a través de WiFi, Bluetooth o ZigBee.

Siemens impulsa el origen, presente y futuro del IoT

En definitiva, el Internet de las Cosas ha supuesto una revolución entre cómo nos relacionamos, nosotros, las personas, con los objetos, incluso entre cómo se comportan los objetos directamente entre ellos. Esta revolución radica en el poder del dato y lo que se puede hacer con él si es tratado y analizado adecuadamente.

Uno de los objetivos de Siemens es ayudar a sus clientes en su camino hacia la digitalización de sus negocios. Para ello, ha creado Siemens Advanta en el que ofrece servicios de consultoría, diseño y creación de planes digitales así como la solución y la implementación de soluciones.

También, Siemens ayuda a impulsar el tratamiento de los datos a través de una innovadora plataforma de IoT tanto a nivel local como en la nube, MindSphere. Se trata de un sistema capaz de conectar máquinas e infraestructuras físicas, facilitando los datos en tiempo real. Esto permite:

  • Optimizar la planificación
  • Desarrollar un mantenimiento predictivo
  • Mejorar los procesos
  • Incrementar la producción
  • Conseguir ahorros energéticos

MindSphere se comporta de una manera muy sencilla. En primer lugar, se definen los datos de interés para extraerlos y transferirlos a la plataforma. Una vez en ella, estos datos se analizan y los más relevantes se clasifican. Por último, con ese análisis se generan informes con recomendaciones que ayudan a la toma de decisiones.

El IoT está en plena expansión, por lo que seguiremos descubriendo nuevas posibilidades. Y recuerda, si algún día alguien te pregunta cuál es el origen del IoT o te sale en una tarjeta del Trivial, ya conoces la respuesta: una máquina de refrescos.