En el último Informe realizado por las Naciones Unidas, se afirma que el 60% de la población vivirá en ciudades para el año 2030. Este dato pone en relieve la necesidad de estructuras arquitectónicas que puedan dar cabida a un gran número de personas. Una de las opciones más idóneas para cumplir este objetivo es la construcción de rascacielos en las grandes urbes. Conscientes de esta realidad, China ha comenzado a poner en marcha diferentes proyectos para el desarrollo de este tipo de infraestructuras.

Fuente: about.me/AndaluciaOffice

Según el último iestudio del Council on Tall Buildings and Urban Habitat (CTBUH), China encabeza la lista de los países constructores de rascacielos con 23 edificios, seguida por Emiratos con 16, Panamá, con 10 y Qatar, 8. En 2011, 17 nuevos miembros ingresaron en la lista a pesar de la crisis. Mientras los edificios de oficinas bajan en el ranking (el 50%), los de usos mixtos y residenciales escalan posiciones, hasta ser el 31% del total.

China está en proceso de construcción de 180 edificios de más de 200 metros y aglutina a día de hoy el 53% de los rascacielos más altos del mundo. A un ritmo de un nuevo rascacielos cada cinco días, según el Skyscrapers Magazine, en 2016, contará en su skyline con 800 gigantes, cuatro veces más que EE UU.

El Gigante Asiático pone en marcha diferentes concursos para escoger los proyectos más novedosos y beneficiosos en materia de rascacielos. En este sentido, China convocó la competición Mock Firms Skyscraper 2012. Organizado por Chicago Architecture Today, pretendía premiar a las estructuras más novedosas que siguiesen un diseño innovador para un rascacielos. Los ganadores de esta edición han sido cinco andaluces de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, que han conseguido el primer puesto entre los participantes europeos y el segundo a nivel mundial.

La propuesta de este grupo de estudiantes, denominada ANDO (Andalucía Office Architecture), se centra en la construcción de una torre cilíndrica de diseño innovador de 550 metros de altura en Pekín. La mayor innovación arquitectónica del proyecto se fundamenta en la posibilidad de que el rascacielos esté en constante cambio. Se trata de una exploración acerca de la posibilidad de construir una ciudad vertical cambiante, que responda a las necesidades del momento, del lugar y del usuario.

Podemos decir que es la primera propuesta en el mundo que se construiría con módulos prefabricados, convirtiéndose así en un edificio flexible y versátil. En concreto, el proyecto consta de dos partes bien diferenciadas, lo permanente y lo variable:

•    El núcleo de hormigón que proporciona estabilidad a los anillos de metal y varios complejos que surgen a diferente altura.

•    El interior, con módulos intercambiables y movibles, que cuenta con un ascensor que puede trasladar cualquier tipo de material del sótano al último piso.

Cada planta puede ser montada y desmontada, independientemente de las estructuras prefabricadas, siempre que se desee. Es un edificio en el que convergen pisos, oficinas, museos, tiendas y parques a lo largo de sus 150 niveles, manteniendo los requisitos demográficos y económicos del momento.