La avenida para el coche eléctrico no es un nuevo nombre que se incorpora al callejero. Nos referimos a la primera vía urbana preparada con diferentes puntos de recarga. Está situada en el barrio londinense de Westminster y está llamada a ser un referente dentro del sector de la movilidad eléctrica.

Más allá de instalar wallbox en los hogares londinense, las autoridades británicas han ido un paso más allá. Aprovechándose de elementos urbanos tan comunes como las farolas, han situado puntos de recarga a lo largo de la avenida para facilitar la llegada del coche eléctrico a las calles de la ciudad.

¿Cómo funciona? ¿Se puede replicar en otras grandes ciudades? Lo descubrimos.

La falta de puntos de recarga como barrera para el coche eléctrico

Hasta hace un par de años, Londres era una de las capitales europeas más contaminantes. Sin embargo, el gobierno británico se ha puesto las pilas desde entonces para adaptar sus calles y hacerlas más sostenibles.

El 53% de los londinenses afirma que la mejora de la calidad del aire en su zona es “muy importante para ellos, por lo que la presión sobre los responsables políticos es cada vez mayor. La apuesta por la movilidad eléctrica ha sido uno de los pilares de su plan.

Sin embargo, los consumidores que están pensando en comprar un vehículo eléctrico siguen temiendo los inconvenientes. La consultora Baringa Partners descubrió que el 46% de los encuestados se negaba a comprar este tipo de coches porque pensaba que no había un punto de recarga público lo suficientemente cerca de su casa. (Dato curioso: los londinenses suponen, por término medio, que hay un 80% menos de puntos de recarga de los que hay en realidad).

Por ejemplo, el barrio de Westminster cuenta con más de 2.000 vehículos eléctricos registrados y 8.000 previstos para 2025. Además, esta zona es una de las más concurridas de Londres, Entonces, ¿cómo preparar sus calles ante la llegada del ecar? Han creado “La avenida del coche eléctrico“.

Farolas, el elemento clave de la avenida para el coche eléctrico

Sutherland Avenue, en el barrio londinense de Maida Vale, es una amplia calle, en su mayor parte residencial, bordeada de hermosas propiedades victorianas y eduardianas y de árboles pulcramente arbolados.

Sufre algunos de los peores niveles de contaminación atmosférica del país, en gran parte derivados directamente de las emisiones del tráfico. Al igual que en la mayor parte de Londres, los puntos de recarga de vehículos eléctricos han sido escasos y distantes entre sí.

En los últimos doce meses, esta situación ha cambiado radicalmente. Cada una de las 24 farolas de la avenida Sutherland ofrece ahora la posibilidad de recargar vehículos eléctricos a través de un discreto enchufe negro antivandálico, casi imperceptiblemente cortado en el mobiliario urbano, delatado únicamente por una pequeña luz LED azul.

Los cargadores son el resultado de una colaboración entre Siemens y la empresa berlinesa Ubitricity, especialista en puntos de recarga para vehículos eléctricos, que ha permitido a ambas empresas instalar más de 1.400 puntos de recarga para vehículos eléctricos en farolas de todo Londres en tan solo doce meses, en el marco de un plan financiado por la Oficina de Vehículos de Baja Emisión (OLEV).

Entre sus ventajas:

  • Diseño discreto: Londres tienen muchas zonas históricas y es importante respetarlas.
  • No incrementa el gasto público: Ubitricity trabaja con los operadores de redes distribuidas (ORD) para que la facturación sea muy clara mediante un concepto de medición móvil remota que les permite agregar toda la carga en los puntos y compensarla con la demanda bruta de las farolas.
  • No supone un aumento de la demanda: además, al aprovechar la infraestructura eléctrica existente, apenas suponen una demanda brusca para la red, ya que los residentes se enchufan para cargar principalmente durante la noche.

De la avenida para el coche eléctrico a la preparación de las ciudades

Este tipo de proyectos de bajo impacto es crucial para la transición hacia una movilidad limpia e inteligente frente al cambio climático, las necesidades de los residentes urbanos y los imperativos para limpiar la calidad del aire.

En un momento en el que Gran Bretaña va a prohibir la venta de vehículos diésel y gasolina a partir de 2030, Noruega en 2025, Dinamarca y Suecia en 2030, Francia en 2040, los responsables políticos europeos están estudiando cómo incentivar la adopción de vehículos eléctricos en sus ciudades.

Para muchos, puede que no sea un viaje fácil; los caminos arraigados y alimentados por petróleo no se convierten en avenidas para coches eléctricos por arte de magia.

Sin embargo, se están dando pasos para encaminarnos a ciudades mejor preparadas para la llegada de la movilidad eléctrica. Un buen ejemplo son las llamadas “gasolineras eléctricas“. Este tipo de sistema novedoso se instala en estaciones de servicio ya establecidas y son capaces de cargar un coche en tan solo 10 minutos.

¿Quién da más? Sólo la innovación y el impulso de la sociedad puede darnos una respuesta para crear un mejor mañana y transformar nuestro día a día.