Los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) son aquellos deshechos que se originan en la actividad doméstica y comercial en las ciudades. El gran problema de este tipo de materiales es que son sumamente contaminantes ya que, en su mayoría, no son biodegradables o son de lenta degradación.

Fuente: http://www.sweden.se

En los países desarrollados, debido al gran número de envases que se utilizan y la cultura de “usar y tirar” extendida, las cantidades de basura que se generan se han incrementado hasta llegar a cifras muy altas.

El último estudio realizado por el Banco Mundial, “What a Waste: A Global Review of Solid Waste Management”, alerta del fuerte incremento del número de residuos urbanos. Se estima que, para 2025, las ciudades generen el 70% de la basura. Hace diez años, se registraban 0.68 billones de toneladas al año. Actualmente, se estima que la cifra ronda los 1.3 billones. Para mitigar la contaminación que generan los residuos, se está buscando reducir su número a través de la reutilización del material para generar energía.

Hace unos años, Suecia puso en marcha un plan para convertir los deshechos que se producen en los hogares en energía para calentar las ciudades y para obtener electricidad. Gracias a ello, consigue que:

•    250.000 hogares reciben la energía eléctrica producida gracias a la basura que se incinera en distintas centrales del país

•    Solo el 4% de la basura que se produce en el país es enviada a los vertederos y basureros

•    El 96% restante es transformado en electricidad

El país escandinavo obtiene estos resultados a través de la combustión de sus residuos y el reciclaje de basuras. La impresionante concienciación de los suecos, en lo relativo al reciclaje de residuos, les ha llevado a generar energía para el 20% de los hogares del país.

El programa sueco ha sido tan exitoso que el país ya se ha quedado sin basura para alimentar a su maquinaria ecológica. Suecia ha comenzado a importar unas 800.000 toneladas de basura al año, la mayoría proviene de la vecina Noruega, que, además, paga a Suecia por llevarse sus residuos. Así, Suecia, no sólo genera energía de desechos, sino que gana dinero con ello.