La población mundial sigue creciendo y los demógrafos vaticinan que en el 2050 vivirán en nuestro planeta alrededor de 9.700 millones de personas. Proporcionar a todos agua potable y electricidad se plantea como uno de los grandes retos si además consideramos que actualmente hay 1.200 millones de personas que no tienen acceso a la electricidad y casi 800 millones que se ven afectadas por escasez de agua potable.

Si las infraestructuras actuales ya no pueden cubrir las necesidades básicas para todos, ¿cómo será la situación en 2050? Lo que está claro es que urge poner en marcha medidas para asegurar una mayor cobertura eléctrica.

En el centro de competencia de Siemens “Power & Gas”, hay un equipo selecto de empleados que está trabajando con un único objetivo: revolucionar la producción de electricidad para mejorar la cobertura eléctrica a nivel mundial.

La idea original de este equipo se llama SeaFloat y prevé que las centrales eléctricas se construyan y operen en barcos o plataformas flotantes, es decir, en barcazas, en lugar de que estén situadas en tierra firme. Esto tendría una serie de ventajas:

  • Los operadores ahorrarían el espacio de construcción y no necesitarían transportar los componentes de la planta de energía por carretera, porque las mismas podrían ensamblarse completamente en un astillero y sus cimientos flotantes podrían ser arrastrados por remolcadores por mares o ríos.
  • Las plantas de energía podrían, por ejemplo, suministrar rápidamente electricidad a costas remotas tras un terremoto o compensar el corte de suministro debido a las averías de otras centrales.
  • En el caso en que una planta de energía ya no se necesite en una determinada zona, simplemente podría ser remolcada a otra ubicación.

Centrales eléctricas flotantes: la idea que surgió del tsunami

La idea de las plantas flotantes de energía surgió tras el devastador tsunami que afectó a Japón en 2011. Desde entonces, el equipo de Power & Gas con la ayuda inestimable de ingenieros de todos los países ha desarrollado el proyecto SeaFloat superando retos y dificultades. Para empezar, el team tuvo que garantizar una base sólida para las plantas de energía de ciclo combinado que, al estar a bordo de una barcaza en el mar, expone las turbinas a un mayor estrés debido al oleaje.

Como resultado, los ingenieros tomaron una amplia variedad de medidas para adaptar soportes y componentes que amortiguaran estos movimientos inducidos por las olas. Otro desafío al que se enfrentaron los ingenieros del proyecto fue la necesidad de cumplir con estándares que pueden variar de un país a otro y de un puerto a otro.

Las turbinas de gas que operan en los buques y plataformas petroleras no son nada nuevo. Sin embargo, hasta la fecha la potencia de esos modelos ha sido limitada y por ello el concepto de Siemens supone un campo de investigación completamente nuevo. Se prevé que las primeras instalaciones estarán equipadas con turbinas de gas industriales como la SGT-800 de Finspång, que tienen una potencia de 140 megavatios. De allí que incluso las grandes turbinas de gas de la serie SGT-8000H ya se han empezado a fabricar para que en el futuro puedan navegar.

   

Siemens no quiere crear su propia flota sino que quiere ofrecer plantas de energía flotantes a terceros proporcionando hasta un 30% de capital social si es necesario. Este modelo abrirá interesantes perspectivas de negocios para los clientes que pueden comprar centrales eléctricas o quieran alquilarlas a los operadores para respaldar, por ejemplo, la reconstrucción de un país después de una guerra o una catástrofe natural como un huracán o un terremoto.

Por otro lado, los proveedores de energía en los países en desarrollo que en su geografía cuentan con islas y costas podrían adquirir sus propias plantas de energía con el fin de construir una red a largo plazo.

La puesta en servicio de las centrales flotantes

Para poder reaccionar de forma rápida y flexible a la creciente demanda de energía, SeaFloat trabaja en conjunto con varios astilleros. Según las previsiones, la primera plataforma flotante estará equipada con una central de ciclo combinado. Este “matrimonio” supondrá un evento espectacular ya que las grúas arrastrarán toda la planta, que puede pesar hasta 4.000 toneladas, a la plataforma en un solo viaje. Una vez llevada a cabo esta operación, la planta de energía flotante podrá comenzar su recorrido por mar hasta el sitio de operación designado.

Si las adversidades climáticas amenazan la estabilidad de planta, la plataforma se puede trasladar al mar abierto donde el oleaje no es tan alto como en la costa. Se espera que el primer pedido de una barcaza equipada con dos turbinas de gas SGT-800 esté en funcionamiento en 2018 así que la planta de energía flotante se podrá poner en marcha a principios de 2020.