Películas, bolsos, relojes… son muchos los bienes de consumo que se falsifican, provocando así un gran perjuicio contra los fabricantes y los creadores. Desde el estallido de la crisis económica estamos asistiendo a un aumento de esta práctica; el coste que supone fabricar un producto falsificado es mucho menor y, por lo tanto, también lo es lo que paga su comprador. Si eso lo extrapolamos a los grandes bienes, el ahorro puede resultar muy considerable, pero también los riesgos de adquirir un producto que no ofrece ninguna garantía ni de calidad ni de eficacia.

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Desde hace algún tiempo, los piratas también están falsificando algunos bienes de capital industrial. La maquinaria que se utiliza para fabricar productos está siendo copiada para ser vendida a otros centros de producción de forma exponencial.

De hecho, según una encuesta de la asociación industrial alemana Verband Deutscher Maschinen (VDMA), dos tercios de los ingenieros mecánicos encuestados fueron víctimas de robo de sus patentes en el año 2012. Una lacra intolerable que está perjudicando mucho a las empresas y a los creadores de esas patentes.

Todos los afectados del problema están trabajando juntos para luchar contra la piratería. Lo más eficaz para acabar con ella es una combinación de medidas basadas en las últimas tecnologías de seguridad:

  • Hologramas: Se adhieren a las máquinas e indican que se ha hecho efectiva la adquisición de la licencia por parte del comprador, constando el nombre de ambos. La ventaja de los hologramas es que son relativamente baratos, pero el gran problema es que también son muy fáciles de falsificar.
  • Contraseñas: Es importante resaltar la importancia de su utilización, puesto que protegen el acceso a las máquinas. La gran ventaja es que pueden bloquear la utilización de las mismas tras varios intentos fallidos, pero es fundamental que no sean fáciles de adivinar y que estén bien protegidas de los piratas informáticos.
  • Las firmas digitales o huellas electrónicas: Estas firmas se utilizan para que sólo ciertas personas puedan acceder a esa máquina, tanto para utilizarlas como para sus labores de mantenimiento y reparación.

Los desarrolladores de Siemens han creado unos controladores informáticos asociados a los Simatic S7-1500 y S7-120 que protegen el software de estos sistemas. Se están implementando para evitar los ataques cibernéticos y las copias no autorizadas. Además, están siendo vinculados al propio hardware, por lo que el mismo ya no se podría copiar.

Siemens sigue trabajando para evitar la piratería industrial. Ahora está desarrollando una película protectora que se envuelve en los sistemas de control electrónico y que, en caso de ser dañada, dejaría inservible el software automáticamente, con la posibilidad de reponerse. Se prevé que esta tecnología esté lista en menos de dos años.

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