Según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), en la última década Bolivia ha registrado un aumento constante de su población. Dicha tasa de crecimiento poblacional se sitúa entre las más altas de todo el continente sudamericano y está impulsando la ampliación de servicios públicos y, en concreto, la modernización de sus infraestructuras energéticas.

Bolivia se ha prefijado el objetivo de extender el acceso a la electricidad tanto para fomentar el desarrollo de su economía como para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos. El país andino tiene varios objetivos en la mira:

  • aumentar su capacidad de generación de energía
  • ofrecer un suministro de energía estable y fiable para su población
  • poder exportar electricidad a los demás países de Suramérica

Siemens respalda estos objetivos y, por lo tanto, está apoyando en la ampliación de tres plantas térmicas: Termoeléctrica del Sur, Termoeléctrica de Warnes y Termoeléctrica Entre Ríos.

Así es cómo ampliamos el poder energético de Bolivia

El proyecto “Energizing Bolivia” sumará más de un gigavatio a la red eléctrica local y aumentará un 66% la capacidad instalada de generación eléctrica del Sistema Interconectado Nacional (SIN) de Bolivia. De esta manera, el país andino podrá contar con un suministro eléctrico fiable, lo que allanará el camino para la pronta exportación de electricidad a otros países de la región.

En los próximos años, la generación energética de Bolivia se duplicará: de 8,7 TWh en el 2014 se llegará a 14,2 TWh en el 2026. Esto permitirá que, para el 2025, Bolivia pueda exportar la misma cantidad de electricidad que consume internamente, un objetivo que refleja la intención del país de convertirse en el centro energético de Sudamérica y proveer energía a sus vecinos en el continente.

El avión más grande del mundo trasporta la energía de Bolivia

Siemens, a través de sus productos y soluciones, está ayudando a Bolivia a hacer realidad sus ambiciosas metas. Las primeras turbinas fueron enviadas, el año pasado, por mar desde Suecia hasta Chile, donde fueron cargadas en camiones y transportadas a través de los Andes a sus respectivos destinos: un recorrido desafiante por la cordillera que ha alcanzado más de 4.680 metros sobre el nivel del mar.

Ahora los seis generadores de vapor de un solo paso -OTSG, por sus siglas en inglés- han realizado un viaje aún más asombroso ya que los equipos de 150 toneladas cada uno han volado desde Chile a Bolivia usando la aeronave más grande del mundo: el Antonov 225.

 

Este avión de carga cuenta con seis motores de turbina, tres bajo cada ala, doble timón vertical de cola y un compartimento de carga de 43 metros por 6,4 metros y 4,4 metros, lo que le convierte en el medio de transporte ideal para llevar maquinarias de elevadas dimensiones.

En estos días, el Antonov An-225 cargado de los equipos pesados para las termoeléctricas ha aterrizado en el aeropuerto de Chimoré, en el Trópico de Cochabamba. Se trata del primero de doce vuelos que llegarán al país con material de Siemens para la ampliación de las centrales. Se eligió el Antonov An-225 como método de transporte para garantizar la solución más segura y rápida de la complicada logística del transporte de estos pesados componentes.