A todos nos apasiona la idea de dar forma al futuro sostenible. Esto, por supuesto, incluye tratar la naturaleza y el ecosistema con respecto. Tenemos la responsabilidad de dejar a las próximas generaciones un planeta en el que valga la pena vivir. Pero, para eso, necesitamos dejar de lado las malas costumbres del pasado y aprender lo que representa una fábrica sostenible.

¿Y qué significa eso para la industria? Significa conciliar los requisitos muy específicos e individualizados de cada cliente y cada sistema de producción con la sostenibilidad. O, en otras palabras, convertirse en una empresa cero emisiones. Ya no necesitamos centrarnos en cómo crear soluciones rápidas y flexibles, sino en cómo podemos utilizar los recursos de forma óptima para reducir el impacto a lo largo de toda la cadena de valor.

Aprender del pasado para mejorar nuestro futuro

Hoy en día, la sostenibilidad está en boca de todos. Pero no siempre fue así. Si echamos la vista atrás, nos daremos cuenta de que la atención siempre estuvo centrada en la producción de grandes cantidades de materiales de forma lineal. Toda la cadena de valor estaba definida claramente de principio a fin. Desde proveedores que proporcionaban los componentes hasta empresas finales que se encargan de la distribución y venta de los productos, pasando por la manufactura de los mismos. La fabricación sostenible no era una preocupación, y muchos decían que no valía la pena. Hoy, estamos descubriendo el precio de no haber sido sostenibles.

El sector de la fabricación es responsable de generar alrededor del 20% de las emisiones globales de CO2. Esto demuestra que la producción sostenible ya no sólo es un añadido, sino que debe convertirse en un imperativo de negocio. Debemos “repensar” todo el proceso y aprovechar los beneficios de la digitalización. Es necesaria una visión holística que mejore la sostenibilidad de las fábricas a lo largo de toda la cadena de valor, permitiendo una producción sostenible pero que siga pudiendo responder de forma flexible a las necesidades del mercado. Especialmente en el fábrica autónoma del futuro, la sostenibilidad desempeña un papel de enorme importancia y requerirá aún más atención de todas las partes de la cadena de valor. Ahora es el momento de mirar más allá de los límites de la propia empresa. Pero, ¿cuál es la clave del éxito de una fábrica sostenible?

Los parámetros de la fábrica sostenible
Definimos cinco parámetros clave para una fábrica sostenible

Empezando por el principio: productos sostenibles desde el diseño

La sostenibilidad comienza con la fase de diseño del producto. Necesitamos que ese diseño tenga consideraciones ecológicas. El primer paso es la medición del impacto de las emisiones de carbono, no sólo durante la producción en sí misma, sino la que habrá a lo largo de toda la cadena de suministro. El Gemelo Digital de Siemens puede calcular la huella de carbono de un producto utilizando la información de la cadena de suministro, incluyendo las piezas, herramientas usadas y dispositivos de origen.

Esta tecnología ecológica no sólo permite la información sobre la huella de carbono, predictiva, actual o futura, sino también permite calcular la forma más eficiente y flexible de diseñar piezas para su reparación y mantenimiento. De este modo, se garantiza que los productos tengan una baja huella de carbono y que los productos permanezcan en uso el mayor tiempo posible.

El uso eficiente de la energía en la fábrica sostenible

Además del diseño, es importante que repensemos cómo usamos la maquinaría. Por ejemplo, ¿cómo se puede ahorrar energía cuando las máquinas están en reposo? ¿Cómo se puede reutilizar esa energía de manera óptima en otros puntos de la cadena productiva? Con estas consideraciones en mente, podemos esforzarnos en que la fábrica del futuro tenga una producción libre de emisiones.

La fábrica sostenible utiliza equipos que ahorran recursos y energía, y planifica el uso y la ejecución de las máquinas de manera completamente autónoma. Esto no sólo permite la generación y disponibilidad de la energía verde, sino que también nos permite monitorizar de forma transparente el consumo de energía.

Sin pérdidas gracias a una producción inteligente

¿Cómo logramos pronosticar con precisión el consumo de material auxiliar que no está registrado en la lista de materiales para evitar pérdidas innecesarias de material? La precisión y la transparencia son la respuesta. El objetivo de la fábrica sostenible es, en última instancia, producir solo lo que se solicita. Esto no solo minimiza la pérdida de material, sino también el consumo de energía. Está en nuestras manos continuar optimizando este procedimiento y, en última instancia, permitir una producción sin defectos.

El objetivo definitivo: la economía circular

La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende.

La transición a una economía circular afecta casi todas las partes de la cadena de valor de fabricación actual, desde los materiales que utilizamos hasta los métodos de producción que aplicamos. Debemos considerar procesos inteligentes de reparación y refabricación utilizando tecnologías innovadoras. Y por último, pero no menos importante, formas eficientes de reciclaje como ya lo hacen muchas empresas. Para un mundo verdaderamente sostenible, la colaboración es la clave del éxito, porque solo tenemos un mundo que, en última instancia, es el hogar de todos nosotros.