Los edificios del futuro serán inteligentes. El fácil acceso a la sensórica y el rápido crecimiento del uso del Cloud, está logrando que los dispositivos IoT para el control y gestión de infraestructuras sean cada vez más comunes.

Se estima que, en 2020, habrá hasta 10.000 millones de dispositivos instalados en los edificios, lo que la convierte en una de las industrias de más rápido crecimiento en todo el mundo. Como resultado, se espera que el mercado de los edificios inteligentes crezca de un tamaño de 8.500 millones de dólares en 2016 a 58.000 millones de dólares en todo el mundo en 2022.

Pero, ¿cómo serán los edificios del futuro? ¿qué ventajas nos aportarán a los ciudadanos?

Ventajas de los edificios inteligentes

El 90% de nuestra vida la pasamos en un edificio. Por ello, es clave contar con infraestructuras capaces de garantizar la seguridad y crear entornos cómodos y saludable en los que vivir. Todo mientras reducimos el impacto ambiental.

Los edificios son uno de los mayores consumidores de electricidad. Según datos recientes, suponen el 40% de la demanda mundial de energía, pero la mitad de ella se está desperdiciando. Estamos calentando habitaciones que no necesitan ser calentadas, iluminando estancias que no necesitan ser iluminadas. Hacemos muchas cosas que no deberíamos hacer.

La buena noticia es que las mejoras a través de la digitalización y la interconectividad pueden reducir la huella ecológica de un edificio hasta en un 80% en comparación con uno promedio.

Según un estudio sobre edificios inteligentes de Siemens, implementar sistemas digitales lograría:

  • Reducir costes operativos e incrementar la productividad. Los edificios del futuro detectarán problemas potenciales antes de que se conviertan en reales. Por ejemplo, gracias a sistemas de medición inteligentes, se podrá avisar o predecir picos de energía que ayudarán a hacer una mejor gestión de las instalaciones.
  • Garantizar la seguridad: los edificios del futuro son capaces de alertar y gestionar los sistemas de evacuación ante posibles amenazas a la seguridad de sus “inquilinos”. Esto es especialmente relevante para colegios, hospitales y demás infraestructuras críticas. Disponer de equipos de vigilancia y protocolos de actuación eficientes, puede evitar daños en personas.
  • Mejorar la salud de sus residentes: el síndrome del edificio enfermo (SBS, sus siglas en inglés) es una de las nuevas amenazas sanitarias. Las personas que sufren de SBS pueden experimentan una serie de síntomas que incluyen dolores de cabeza, escurrimiento nasal, picazón, letargo, irritabilidad y mala concentración. Esto podría deberse a problemas con los sistemas de ventilación del edificio. Ya sea por acumulación de bacterias o polvo, disponer de sistemas digitales mejora considerablemente la calidad del aire de las instalaciones y, con ello, la salud de las personas.

8 equipos para los edificios del futuro

Mucho se habla de qué son los edificios inteligentes, pero lo interesante es conocer qué tecnologías son necesarias para que las infraestructuras en las que trabajamos o vivimos tengan la máxima calidad.

Estos 10 equipos conformarían las tecnologías de los edificios del futuro:

  • Monitores de la calidad del aire: un estudio de Harvard afirma que “las personas que trabajan en oficinas bien ventiladas con niveles por debajo de la media de contaminantes en interiores y CO2 tienen puntuaciones de funcionamiento cognitivo significativamente más altas”.
  • Por este motivo, los edificios estarán cada vez más equipados con sensores inalámbricos que monitorizan los niveles de CO2 y las partículas pequeñas dañinas, enviando advertencias y ajustando la ventilación si es necesario. Y no sólo monitorearán el interior. En países con una fuerte contaminación, es igualmente importante medir la calidad del aire exterior que entra a través de la ventilación. Los sistemas inteligentes pueden indicar qué filtros necesitan ser reemplazados y decidir apagar el sistema, en caso de que la calidad del aire exterior sea críticamente mala.
  • Gemelo Digital del edificio o un modelo virtual que contenga todos los datos del proyecto. Los sistemas BIM vinculan todos los datos que se generan durante la fase de construcción del edificio (las previsiones y los cambios que se producen sobre la marcha) a un modelo 3D del mismo. Por lo tanto, datos que normalmente suelen estar dispersos en diferentes áreas del proyecto, se reúnen en un mismo sistema, para que cualquier implicado pueda acceder a ellos. Estos abarcan desde los presupuestos hasta especificaciones técnicas como, por ejemplo, el grosor de las puertas o el tipo de radiadores instalados. Gracias a ello, se permite determinar cómo será su comportamiento y así optimizar su futura demanda energética ya en la etapa de planificación.
  • Seguridad digital de todos los perímetros: los dispositivos IoT instalados por todo el edificio facilitan a los administradores de instalaciones la tarea de mantener la estructura segura. El más importante de estos dispositivos son las cámaras y los sistemas de control de acceso, como los lectores de tarjetas de identificación, que permiten detectar a los visitantes no deseados y conceder permisos a los empleados que los visitan. Además, estos equipos en el interior de los edificios ofrecen ventajas adicionales en materia de seguridad. Por ejemplo, pueden ayudar a los gerentes de edificios a averiguar si ciertas puertas se mantienen abiertas de manera consistente o si una alarma se ha disparado falsamente. Un sistema de seguridad verdaderamente inteligente podría incluso ser capaz de comunicar a otros sistemas que ciertos empleados han abandonado el edificio, lo que provocaría el apagado de las luces.
  • Sistemas de ciberseguridad: cuanto más inteligente se vuelve un edificio, más se expone a ataques cibernéticos. La creciente presencia de dispositivos conectados a Internet en el interior de un edificio facilita a los intrusos la colocación de malware, el robo de datos o la piratería informática en los sistemas. De hecho, el Gartner Institute predice que, para finales de 2018, casi el 20% de todos los edificios inteligentes habrán sufrido algún tipo de ataque digital. La ciberseguridad será un tema dominante para la industria inmobiliaria en el futuro. Los operadores de la construcción deben anticiparse a las amenazas potenciales y tomar medidas para reforzar su ciberseguridad, como la mejora de los controles de autorización y la implementación de un cifrado de datos más sólido, además de trabajar en estrecha colaboración con su departamento de TI.
  • Sistemas de control para personalizar estancias: los nuevos equipos digitales permiten que la gente pueda interactuar estrechamente con un edificio ajustando la temperatura, reservando salas de reuniones o cambiando la iluminación, todo desde un lugar central y de acuerdo con sus preferencias. Esto crea una experiencia mucho más personal y satisfactoria (como en un hotel), pero también puede tener beneficios de ahorro de energía. Por ejemplo, cuando las salas de reuniones apagan automáticamente las luces cuando no hay nada reservado.
  • Al mismo tiempo, un edificio inteligente puede permitir que los inquilinos envíen comentarios a los gerentes de las instalaciones, por ejemplo, cuando algo se rompe o necesita ser reordenado.
  • Aparcamientos más inteligentes: los sistemas digitales no sólo se emplean dentro de las estancias donde vive o trabaja la gente, sino también en la infraestructura circundante como los parking. Las cámaras y los sensores pueden detectar qué plazas de aparcamiento están libres y enviar esta información a los viajeros, reduciendo así las vueltas adicionales y el consumo innecesario de combustible. Lo ideal es que esta información se comparta entre varios sistemas, de modo que los trabajadores también obtengan los datos de las plazas de aparcamiento de las calles públicas. Otras posibilidades incluyen: permitir a los visitantes reservar plazas de aparcamiento por adelantado o sistemas de pago automático en línea para usuarios frecuentes.
  • Mantenimiento predictivo: el mayor coste durante el ciclo de vida de un edificio se destina a su mantenimiento. En última instancia, acaba superando los costes de construcción. La tecnología inteligente permite a los administradores de instalaciones ahorrar costes de mantenimiento y cambiar completamente la forma en que gestionan su edificio, pasando de un modelo de mantenimiento reactivo a uno predictivo. Los sensores colocados alrededor de maquinaria, como bombas o calentadores, pueden programarse para detectar niveles críticos de ruido, vibración o calor. Por encima de un determinado umbral, se envía una advertencia y el error puede corregirse antes de que se produzca una escalada. Se ha demostrado que este tipo de mantenimiento basado en las necesidades y no en intervalos programados es de 3 a 9 veces más barato.
  • Un caso específico puede ser un ascensor que envía datos sobre el grado de cierre de una puerta. Si los algoritmos predictivos observan que se necesita más fuerza para cerrar la puerta (por ejemplo, debido al polvo), se activa una solicitud de reparación.
  • Autofinanciación para digitalizarse: Los inversores, inquilinos y operadores de hoy en día se enfrentan a una cantidad casi abrumadora de opciones para hacer que su edificio sea más inteligente. Para gestionar los costes, muchos podrían optar por actualizar sólo algunos sistemas al principio y actualizar gradualmente el resto. Sin embargo, al igual que en otros sectores, en la construcción se está popularizando otro método de compra: la autofinanciación. La financiación inteligente permite a las organizaciones adquirir la tecnología requerida y pagar paulatinamente según los beneficios derivados del uso de la misma. Gracias a la medición de los datos generados por las infraestructuras inteligentes, es posible crear acuerdos de financiación personalizados basados ​​en los beneficios comerciales esperados.