Conseguir una ciudad libre de emisiones de C02 y con un impacto medioambiental menor es algo totalmente factible con la tecnología actual. Esto es lo que revela el estudio del Wuppertal Institut für Klima realizado por un grupo de investigadores, que han tomado a la ciudad de Múnich como referencia.

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El estudio asegura que la ciudad podría alcanzar las cero emisiones de CO2 en 40 años tomando una serie de medidas:

  • Hacer un uso energético eficiente.
  • Adaptar las infraestructuras de calefacción, electricidad y tráfico.
  • Implantar energías renovables y de electricidad con baja emisión de carbono.

 

Las áreas que podrían beneficiarse de estas medidas son:

  • Viviendas: La construcción de viviendas sostenibles, que consuman menos de 20 kWh/m2 anualmente, podría reducir el consumo de energía en un 10%. Además, la reforma de las viviendas ya existentes permitiría reducir el consumo a los 35 kWh/m2 anuales, ahorrando a las familias unos 2.000 euros por año en iluminación y calefacción.
  • Automóviles: Los vehículos híbridos y eléctricos permitirían reducir considerablemente las emisiones de CO2. Además, estos vehículos podrían emplearse como baterías para el almacenaje de electricidad. De ese modo podrían usarse como apoyo a la red eléctrica en los momentos de mayor demanda de energía.
  • Infraestructuras: La instalación de sistemas de agua caliente sanitaria solar, paneles fotovoltaicos en las cubiertas de los edificios y el desarrollo de una red de calefacción urbana en la ciudad, permitiría reducir considerablemente la demanda de energías fósiles. Asimismo, en los hogares podrían instalarse calderas de baja potencia y bajo consumo que aprovechasen los vapores producidos por la industria. Esta red llegaría al 70 por ciento de las viviendas. El porcentaje restante se equiparía con plantas de cogeneración individuales que suministrarían electricidad y calor.

La aplicación de estas medidas permitiría reducir en un 90% las emisiones de CO2 para mediados de siglo, hasta suponer sólo 750 kilos por habitante al año. Muchas de estas medidas se autofinanciarían gracias al ahorro energético que producirían a lo largo de su ciclo de vida.