Cuando los líderes de más de 100 países concluyan la conferencia Río+20 el próximo viernes, habrán dejado atrás docenas de propuestas para mejorar la relación económica, humana e industrial respecto al medio ambiente. Desde cómo construir una economía verde hasta una mejora en la coordinación internacional para ser sostenibles con el entorno, todas las medidas irán encaminadas a crear un futuro común que contribuya a una mejor calidad de vida y mayor eficiencia en las ciudades.

Rio+20 tiene lugar en una de las ciudades icono del mundo, Río de Janeiro. Conocida por su costa atlántica y morros tupidos de vegetación, la Ciudad Maravillosa enfrenta problemas de pérdida de espacios naturales y contaminación en algunas de sus playas más turísticas. Sin embargo, en los últimos años, se ha estado prosperando de nuevo y ahora está en el camino correcto para convertirse en una puerta de acceso sostenible e innovadora para América Latina, un modelo para las grandes ciudades de la región.

Así lo desprende el Informe “Pictures of the future Rio+20”, que recoge escenarios futuros de diferentes ciudades y analiza las medidas en sostenibilidad y eficiencia energéticas necesarias para poder tener un desarrollo respetuoso con el medio ambiente.

Una de las primeras medidas que se han empezado a implantar en la ciudad brasileña es la reforestación de sus múltiples espacios verdes. Eso incluyó programas de repoblación de bosques en los que se involucraban, por ejemplo, a comunidades de favelas en la plantación de especies nativas en torno a sus barrios, a cambio de beneficios.

Pero en los últimos dos años se apeló más a contratos de recuperación forestal con empresas privadas y se aceleró el ritmo de reforestación. En 2011, se plantaron especies nativas en 500 hectáreas de Río y, en años anteriores, se hizo lo propio en 2.000 hectáreas más.

Esta Cumbre es una oportunidad inmejorable para sentar las bases para un crecimiento sostenible. No será algo fácil ni automático, pero no debemos cejar en el empeño. Es indispensable un liderazgo político para establecer las prioridades con las que fomentar el desarrollo de políticas que impulsen las innovación y el uso de las tecnologías para garantizar la calidad de vida de los ciudadanos. Nuestros políticos tienen una oportunidad de oro para, a través de acuerdos y tratados, establecer unas líneqas generales y acabar con la sensación de que estas cumbres sirven para poco.

La economía verde es una vuelta a la economía real: a la solución de los problemas de los ciudadanos. Las tecnologías sostenibles pueden garantizar un desarrollo sostenible y así disponer de sistemas sanitarios más eficientes, fábricas más competitivas, energía más limpia y ciudades más cómodas, por poner sólo algunos ejemplos. Río es un buen ejemplo de este compromiso con el uso de tecnologías verdes.

Una de las primeras medidas que se han empezado a implantar en la ciudad brasileña es la reforestación de sus múltiples espacios verdes. Eso incluyó programas de repoblación de bosques en los que se involucraban, por ejemplo, a comunidades de favelas en la plantación de especies nativas en torno a sus barrios, a cambio de beneficios.

Pero en los últimos dos años se apeló más a contratos de recuperación forestal con empresas privadas y se aceleró el ritmo de reforestación. En 2011, se plantaron especies nativas en 500 hectáreas de Río y, en años anteriores, se hizo lo propio en 2.000 hectáreas más.

Además de devolver la vida a sus espacios naturales, el Gobierno brasileño es consciente de la importancia de establecer una economía verde basada en tecnología eficiente y sostenible que garantice una buena calidad de vida y prosperidad para sus ciudadanos. En este sentido, ha establecido acuerdos con importantes compañías como Siemens para asegurarse su puesta en marcha.

Ejemplos de ello, son las siguientes medidas:

•     Yellow line: la línea 4 de metro de Sao Paulo está provista de tecnología eficiente que evita el desperdicio energético durante los trayectos. Además, cuenta con el sistema CCO (Operational Control Center) de Siemens que controla de manera automática todos los sistemas de ventilación, energía y ayuda auxiliar ante posibles cortes en el suministro.

•    Autobuses híbridos: la ciudad de Sao Paulo se ha equipado con una flota de 15.000 vehículos híbridos que suponen una alternativa sostenible al transporte público convencional. Con ellos, se reducirá un 30% del CO2 emitido, al igual que la contaminación acústica y los costes de mantenimiento.

•    Smart Grid: la capital de Brasil cuenta con plataformas inteligentes para regular de manera eficiente todos los centros de energía, monitorizando todas las acciones y corregir posibles fallos en el suministro.

•    Estación Sabesp: cuenta con unidades de mezcla de gases que reducen los costes energéticos y aprovecha el metano resultante de sus procesos para generar energía.

Además de estas acciones y aprovechando la conmemoración de la Conferencia, el icono de la ciudad, el Cristo de Corcorvado, se vistió de verde gracias a la iluminación de 300 bombillas LED. Con este nuevo sistema, se reduce en un 75% la energía necesaria para iluminar el monumento de casi 40 metros. Las soluciones que combinan productos de alta eficiencia de iluminación con sistemas de gestión de luz pueden producir un ahorro energético de hasta un 80%. Así, una de las siete de las maravillas del mundo da la bienvenida a sus invitados como símbolo de sostenibilidad, señalando el camino a un futuro mejor para todos.