Cada día, se produce un aumento del parque automovilístico mundial, un mayor número de kilómetros de autopistas construidas y un incremento de los desplazamientos. En un contexto global, en el que la preocupación por el medio ambiente es palpable, a nadie se le escapa que el futuro de las ciudades pasa por la reducción del tráfico como medida de ahorro en las emisiones de CO2.

Además de consideraciones ambientales, en la actual coyuntura de crisis económica, todas las administraciones europeas buscan nuevas formas y métodos de financiación de las infraestructuras de sus ciudades. Entre las medidas recaudatorias, se encuentra el uso de peajes en las principales autovías y autopistas. Incluso en algunos, como Portugal, donde pagar por circular por las carreteras era una práctica casi inexistente, los efectos de la crisis económica han obligado a su Gobierno a recurrir a este sistema.

La fórmula del peaje, es decir, el pago que hace el usuario por utilizar una determinada infraestructura, se utiliza principalmente en España, Francia e Italia. Sin embargo, el sistema convencional de cobro de peaje de las principales autopistas españolas únicamente posibilita que los usuarios realicen el pago de la tarifa del peaje, en el mejor de los casos, ralentizando la marcha de sus vehículos y obligándoles a parar en las playas de peaje.

Como punto de contrapartida a estas maneras de pago manual, se están implantando los primeros Sistemas de Peaje Electrónico. Los sistemas de cobro electrónico ofrecen la posibilidad de aplicar tarifas a los vehículos de carretera de una forma muy flexible y permiten la aplicación de políticas de tarificación por el uso de las infraestructuras.

Actualmente, la mayoría de peajes electrónicos utilizan las microondas para conectar la unidad de captura de datos (On Board Unit, en sus siglas en inglés, OBU) del vehículo con los pórticos situados en las carreteras. Sin embargo, esto requiere un gasto adicional al requerir de la construcción de este tipo de estructuras en las vías de circulación. La alternativa a este tipo de sistema es el método de captación de datos vía satélite.

El sistema de peaje por satélite, ideado por Siemens, consta de:

•     Un módulo (OBU) compuesto por un receptor GPS que permite marcar en todo momento la ruta seguida por el vehículo en cuestión

•     Un módulo DSRC (Dedicated Short Range Communication) que, mediante infrarrojos, puede interoperar con otros sistemas europeos, transmite información de localización a puentes y vehículos de control

•     Tecnología GSM/GPRS para la transmisión de los datos al centro de control, que realiza automáticamente los cálculos para el cobro en toda la red de autopistas según los kilómetros recorridos, el número de ejes y de la categoría según las emisiones contaminantes

El dispositivo OBU a través de señales por satélite GPS ubica con exactitud la posición del vehículo y constantemente compara esta información con el mapa de carreteras almacenado en la unidad. El OBU calcula los gastos en función de la distancia recorrida, el número de ejes y la norma euro del vehículo. Esta información es transmitida al centro Toll Collect y el cliente recibe mensualmente un extracto.

Este tipo de sistemas ya estás instalados en países europeos, como Francia y Eslovaquia, y ciudades norteamericanas, como Seatle y Washington, ayudando a reducir el nivel de contaminación ambiental y el número de atascos.