En España se generan anualmente 24 millones de toneladas de basura, aproximadamente 540 kilos por habitante, de los que un 60% termina en los vertederos. El crecimiento de la población de las ciudades conlleva un crecimiento exponencial de la producción de basuras, por eso los vertederos se convierten en un problema que no se puede ignorar fácilmente.

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Las tecnologías actuales permiten aprovechar esta producción de residuos, transformándolos en energía limpia. De hecho se estima que en unos 10 años los residuos urbanos podrían generar el 8% de la energía total que se consume en España.

Entre las técnicas posibles para la producción de energía a partir de residuos orgánicos destacan:

Proceso de gasificación por plasma: Esta técnica, que consiste en la transformación de materiales usando para ello una poderosa fuente de calor en forma de gas (plasma), permite convertir los residuos en energía eléctrica, sin producir emanaciones tóxicas y además generando 5 veces más energía de la que se consume para producirla. Este proceso crea dos subproductos:

  • Un gas sintético, parecido al gas natural, que puede convertirse en un combustible limpio.
  • Un cristal vitrificado que puede emplearse como relleno en la construcción de carreteras, ladrillos o incluso baldosas o encimeras.

Durante el proceso de gasificación por plasma se produce un gas sintético parecido al gas natural que permite aportar la energía suficiente que consume el proceso, además de un excedente que puede venderse o usarse para generar un extra de electricidad.

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Proceso ArrowBio: El sistema consiste en separar los residuos no biodegradables de los biodegradables. Los no biodegradables se recuperan como elementos reciclables limpios y los biodegradables pasan a un proceso de fermentación para la obtención de energía verde.

El agua es la base técnica de este proceso y es la encargada de absorber los olores, separar los materiales por gravedad, limpiarlos, transportarlos y triturarlos. El biogás resultante del proceso de degradación anaeróbica (fermentación) se produce en gran cantidad y calidad (rico en metano) y es utilizado para las necesidades energéticas de la planta en la que se realiza, además de generar un excedente energético que puede ser utilizado posteriormente.

Estos procesos disminuirían el impacto medioambiental que suponen los vertederos de las ciudades, ya que la mayoría de los residuos orgánicos que contienen podrían aprovecharse para obtener biogás, gasóleo, calor o electricidad

La aplicación de nuevas tecnologías permitirá reducir el tamaño de los vertederos en casi un 90%.