China está hambrienta de electricidad. La segunda economía más grande del mundo consume 4.000 teravatios-hora (TWh) al año. Su crecimiento económico anual, de aproximadamente el 10%, ha permitido al gigante asiático alejar a cientos de millones de personas de la pobreza en los últimos años. Sin embargo, este desarrollo ha dado lugar a un enorme aumento de la demanda de recursos y energía.

Según las Naciones Unidas, el país contará con 1,4 millones de personas en 2025. Debido a este incremento de la población, la Agencia Internacional de Energía informa que el consumo de petróleo se va a incrementar en un 70% entre 2009 y 2015 y, para entonces, China representará el 42% de la demanda mundial de esta materia. Además, el consumo de electricidad del país se ha triplicado en la última década y puede duplicarse a 8.000 TWh en 2030.

Por todos estos motivos, China está tratando de generar energía de la manera más eficiente. Los planes están centrados en conseguir una reducción significativa de las emisiones de CO2 y lograr un mix energético más equilibrado en 2030.

La apuesta por las energías renovables es esencial para cumplir estos objetivos. Se prevé que la capacidad instalada de los parques eólicos chinos aumente de los 20 GW a los 150 en 2020. Sin embargo, existe el riesgo de sufrir fluctuaciones en la red ya que no se puede generar electricidad si no hay viento. Para compensar este problema, las Plantas de Ciclo Combinado son una solución importante por su rápido arranque y eficiencia.

Una central de ciclo combinado es un tipo de planta de producción de electricidad que utiliza el gas natural, gasóleo o, incluso, el carbón como combustible para alimentar una turbina de gas. Los gases de escape se utilizan para producir vapor que mueve una segunda turbina, esta vez, de vapor. Cada una de ellas, están acopladas a su correspondiente alternador para generar energía.

Esta forma de generación presenta las siguientes ventajas:

•    Funcionamiento más eficiente.
•    Sus emisiones son más bajas que en las centrales térmicas convencionales.
•    Menor coste de inversión por MW instalado.
•    Periodos de construcción cortos.
•    Ahorro energético en forma de combustible.

Shanghái, la ciudad más poblada de China, acoge una de las plantas energéticas más eficientes de la región gracias a los beneficios del Ciclo Combinado. La Shanghai Shenergy Lingang, galardonada en 2012 con el Premio de Energía de Asia en la categoría de Mejor Proyecto de Gas, cuenta con cuatro bloques, cada uno de los cuales, alberga una turbina de gas de la serie F de Siemens que consigue un índice de eficiencia del 59,7% y una potencia de 430 MW, suficiente para suministrar electricidad a 300.000 personas.

Cualquiera de sus bloques puede comenzar a generar electricidad en diez minutos tras su puesta en marcha. Esta función se utiliza ahora, principalmente, para reaccionar lo más rápidamente posible ante las fluctuaciones de la demanda o ante baja actividad de las fuentes renovables.

Gracias a este tipo de nuevas formas de generar energía, China podrá abastecer la demanda eléctrica mientras se reducen los niveles de contaminación y se aprovecha de manera más eficiente todos los recursos.

Generación Fósil
Dado que las fuentes de energía fósiles son muy importantes en todo el mundo, la captura, utilización y almacenamiento de carbono juega un papel importante para lograr los objetivos de protección del clima. Nuestras soluciones para la captura de carbono cubren tanto los procesos de pre-combustión como los de post-combustión.