La RAE define ciudad como “un conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica por lo común a actividades no agrícolas”. Ampliando un poco más este término, una ciudad es un lugar construido para que el ser humano esté cómodo y tenga todas las facilidades al alcance de la mano. El entorno natural queda, en buena medida, ausente salvo por algunos parques y animales de compañía. Sin embargo, la ciudad no sólo es un entorno artificial sino que es, además, un espacio concentrado, en el que los residuos se liberan de manera masiva.

La ciudad tiene su impacto en todos los órdenes medioambientales. Provoca contaminación lumínica, permitiéndonos ver durante la noche y ocultando el cielo nocturno. Presenta contaminación atmosférica, por culpa de la combustión de gasóleos y gasolinas, produciendo un aumento de CO2 y SO2 que provoca lluvia ácida.

Debido a estos altos niveles de polución, las ciudades tienen un clima diferente al del entorno. Normalmente, la temperatura en la urbe es mayor que en las afueras. En situaciones atmosféricas en las que predomina un anticiclón térmico, la diferencia se hace muy evidente y aparece una isla de calor.

Otro de los grandes problemas que presentan, tiene que ver con su enorme dependencia del exterior en cuanto a recursos y su gran capacidad de generar residuos. De hecho, el Banco Mundial calcula que los residuos sólidos urbanos generados por los habitantes de las ciudades aumentarán un 70% hasta el año 2025, lo que implica que el coste anual de su gestión se incrementará de los 205.000 millones de dólares actuales hasta los 375.000 millones de dólares.

Para corregir estos y otros problemas, las Naciones Unidas crearon los llamados “Acuerdos Ambientales Urbanos” en 2005. Esta declaración de intenciones persigue mejorar el entorno urbano y adaptarlo para que sea más respetuoso con el Medio Ambiente. Entre los puntos más destacados, se encuentra:

•    Asegurar que hay un parque público o un espacio abierto recreacional a no más de medio kilómetro de cada uno de los ciudadanos para el año 2015.
•    Reducir el consumo de energía de la ciudad por un 10% para el 2012.
•    Establecer una política de reciclaje y llegar a la ausencia de desechos antes de 2040.
•    Reducir la cantidad de vehículos de ocupación individual en un 10% para el 2012.
•    Evitar y reducir el desperdicio de agua un 10% para el 2012 con programas de reciclaje y sistemas de planificación en el que participen todas las comunidades afectadas.
•    Ampliar y mejorar el servicio de transporte público, haciendo que en el 2015 éste se encuentre accesible y a menos de medio kilómetro de cada ciudadano.

Las energías renovables podrían solucionar muchos de estos problemas ambientales. Las tecnologías inteligentes y una planificación más concienciada con el medio ambiente están suscitando el nacimiento de un número cada vez mayor de innovaciones en las grandes ciudades para aumentar su sostenibilidad y atractivo.