Los servicios de autobús son un elemento esencial del transporte urbano. De hecho, sólo en España, más de 136,7 millones de usuarios utilizan este tipo de servicio para desplazarse por sus ciudades. Sin embargo, en la actual coyuntura de crisis económica, las políticas medioambientales parecen quedar en un segundo plano. Pese a las restricciones presupuestarias y a la austeridad obligada, hay ciudades que están enfocando su política de transporte hacia sistemas más sostenibles y eficientes.

Éste es el caso de Viena. La capital austriaca se acaba de convertir en pionera al poner en marcha un sistema de transporte urbano “verde”. Los eBus, desarrollados por Siemens, son los primeros autobuses de servicio regular que funcionan por completo con electricidad.

Debido a la ausencia de un motor de combustión interna, los vehículos eléctricos emiten menos ruido y no son contaminantes. En comparación con los buses propulsados con diésel o gasolina, el consumo de combustible es un 25% inferior. Con ello, se contribuye a mejorar la calidad del aire y la calidad de vida en los núcleos urbanos.

Su funcionamiento es muy sencillo:

•    La recarga de la batería se efectúa a final de trayecto y durante la noche en la cochera a través de un colector de corriente. Utilizando esta técnica es posible instalar sistemas de baterías más pequeños y al mismo tiempo ahorrar en infraestructura.

•    La carga puede realizarse en menos de 15 minutos gracias a su innovador sistema de raíles pantógrafos extensibles.

•    La motorización eléctrica en estos autobuses es significativamente más eficiente que la de uno convencional. Nueve baterías con una capacidad total de 96 kW/h suministran al motor (a través de un conversor de corriente continua en alterna) la suficiente energía para unos 150 kilómetros.

•    Sus sistemas de frenos regenerativos hacen que los buses recuperen energía: en cuanto el conductor levanta el pie del acelerador, el sistema de recuperación de energía se activa.

•    Las baterías soportan tanto la motorización como todo el sistema electrónico de a bordo, la calefacción y el aire acondicionado.

En comparación con los autobuses urbanos convencionales, el equipamiento eléctrico de estos vehículos no conlleva limitación alguna en cuanto a espacio o funcionalidad para los pasajeros y el conductor.

España, también, ha apostado por cambiar su modelo de transporte urbano. En Barcelona, se está transformando en híbridos (combinación del motor de gasóleo que ya poseen los vehículos con el eléctrico) hasta 80 buses de su flota actual. Gracias a la tecnología de Siemens, se consigue aprovechar vehículos actualmente en circulación con motor diésel para incorporarles los componentes necesarios (motor, centralita y ultracondensador) para que puedan funcionar también con motor eléctrico. Esta medida no solo alargará la vida de los buses una media de unos 10 años sino que puede reducir su consumo de gasóleo hasta el 40% y sus emisiones entorno al 30%.

Los autobuses eléctricos e híbridos contribuyen a la protección del medio ambiente y hacen que las ciudades sean mejores lugares para vivir, al mismo tiempo que implican menores costos de operación que los autobuses convencionales.