En un mundo en el que el 85% de los gases de efecto invernadero emitidos y el 75% de la energía consumida están causados por las ciudades, es de vital importancia instaurar tecnología capaz de reducir estos valores y crear urbes más eficientes y sostenibles. Viena quiere ser pionera en este aspecto y ha creado una ciudad en la que mostrar las ventajas de la digitalización. Se llama Aspern y va a ser el mayor laboratorio urbano en el que probar sistemas que mejoran la eficiencia, reducen la contaminación y disminuyen el consumo.

Aspern: la ciudad sostenible del mañana

Aspern es uno de los proyectos de desarrollo urbano más grande de Europa. En 240 hectáreas, se encuentran 3.420 apartamentos, un campus, residencias para estudiantes y un centro de investigación en el cual probar tecnología puntera en torno a la digitalización. Y éste es su rasgo más característico ya que pretende que toda la ciudad esté conectada sea cual sea el sistema con el que se funcione.

Además, lo que hace especial este proyecto es la implicación de la ciudadanía en la consecución de resultados. Para ello, han instaurado:

  • Movilidad comunitaria: una flota de bicicletas eléctricas, coches y motos para su préstamo público, además de unas “cargo bikes” para el transporte de compra o animales.
  • Edificios inteligentes capaces de gestionar digitalmente el consumo energético.
  • Un sistema de transporte de energía inteligente (Smart grids y contadores inteligentes) y de baja tensión.
  • Centros de control para medir y gestionar el consumo energético, el clima y la calidad del aire a través de sensores instalados por la ciudad. Los datos obtenidos se ofrecen a sus habitantes a través de aplicaciones móviles.

Entre las muchas características destacables de este laboratorio viviente de Aspern, es que la rentabilidad de su red eléctrica no se basa en el sistema  clásico de demanda-respuesta. En lugar de ello, la idea es maximizar la generación local, almacenamiento y uso de la energía.

En los próximos años, la ciudad conectará fuentes renovables, como placas solares y parques eólicos, al sistema eléctrico para poder medir la información y así crear una red eléctrica eficiente y sostenible.

Gracias a este proyecto, Viena se reafirma en su posición como una de las ciudades más inteligentes del Mundo.