Desde hace un par de años, el sky line de la capital de Francia se ha enriquecido con una nueva construcción: nos referimos al museo de la Fundación Louis Vuitton, un punto de encuentro a la moda que ya es toda una referencia de la cartografía mundial del arte contemporáneo a nivel mundial.

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El diseño innovador de la infraestructura corrió a cargo del prestigioso arquitecto estadounidense Frank Gehry, vio la luz tras doce años de preparativos y, en tan solo doce meses, ha conseguido batir el récord de más de un millón de visitantes.

Por fuera el edificio despierta el interés por sus formas acristaladas inmersas en una verde cornisa, mientras que por dentro el visitante puede disfrutar de colecciones temporales y permanentes de pintura contemporánea de gran prestigio.

Así se preservan las obras de arte de un museo

Para proteger las obras, el museo ha instalado, de la mano de Siemens, las tecnologías que permiten mantener las pinturas siempre a una temperatura constante de 25ºC. Además, dependiendo del clima, los controladores instalados en el suelo proporcionan calefacción o refrigeración de manera totalmente automatizada.

Además, para aislar las superficies y reducir la filtración solar se han “serigrafiado” los componentes de cristal del techo y se ha implementado un sistema de aislamiento geotérmico que utiliza el agua presente en el subsuelo para mantener estable la temperatura del edificio. Todas estas tareas se llevan a cabo utilizando, entre otras, la combinación de las plataformas de gestión de edificios Desigo y Desigo PX. Se trata de unas herramientas de gestión inteligente, flexible e intuitiva que facilitan el control de infraestructura complejas como puede ser los museos.  La totalidad del edificio está equipado también con un sistema de protección contra incendios de Siemens. Una solución se instaló tras haber demostrado su eficacia en un entorno difícil de techos muy altos y espacios muy amplios.

En definitiva, el museo de la Fundación Louis Vuitton cuenta con servicios de los que estamos muy orgullosos ya que preservan obras de arte de inestimable valor y que, a la vez, atraen visitantes de todo el mundo.