La fabricación aditiva ya es un terreno conocido y se puede considerar una tecnología más de producción como el fresado o el torneado. Se trata de un conjunto de soluciones que a nivel industrial permiten la fabricación de componentes complejos con funcionalidad avanzada. Las ventajas principales de la llamada Additive Manufacturing se traducen en una mejora el rendimiento de los componentes y en la reducción del impacto medioambiental de la misma cadena de producción.

España se encuentra entre los polos de crecimiento de este sector. Un ejemplo de ello es el nuevo hub de innovación digital de en Barcelona donde un equipo multidisciplinar trabaja para ofrecer soluciones de impresión 3D que aporten valor a toda la cadena de distintas áreas de negocio:

  • Diseño, análisis y simulación de prototipos
  • Fabricación industrial de los componentes
  • Automatización y Control, tanto del proceso como de las propias plantas de fabricación aditiva

Additive manufacturing: menos tiempo de espera e incontables prestaciones

La fabricación aditiva de hoy apenas puede compararse con la impresión 3D de hace unos años. El desarrollo de la impresión 3D en el campo industrial ha impulsado la fabricación de componentes de alta tecnología con un diseño complejo, eficientes y de alta durabilidad.

La introducción de la Fabricación Aditiva no se limita solo al sector industrial ya que se están trasladando paulatinamente al resto de campos, como por ejemplo a la generación de energía, la industria aeroespacial, la medicina, el transporte ferroviario, la industria automotriz y los deportes de motor.

Y es que la impresión 3D permite producir chasis para coches de competición, componentes complejos para motores de aeronaves, juntas de cadera y palas de turbinas de gas, así como repuestos para trenes o plantas de energía. Todo ello con una reducción de time-to-market del 75% y una clara mejora en el rendimiento de los componentes fabricados.

La fabricación aditiva capa por capa

El proceso de impresión 3D permite diseñar casi cualquier tipo de estructura compleja. Esto significa que un componente puede fabricarse a la perfección de acuerdo con la función que desempeñará.

La fabricación aditiva es uno de los principales pilares de Siemens en la estrategia de digitalización:actualmente cuenta con más de 40 impresoras 3D operativas en todo el mundo y ya está fabricando componentes para las palas de turbina de gas que a día de hoy suman más de 100.000 horas de operación.

La división de Gas and Power tiene dos plantas a nivel mundial que producen piezas en serie con esta tecnología: en Finspång, en Suecia y Worcester en Reino Unido. Ambas se han apoyado en las tecnologías de automatización, software y simulación de Siemens.  Estas plantas de fabricación aditiva trabajan tanto para Siemens como para clientes externos de los sectores aeroespacial, automovilístico, industrial y energético.

En definitiva, el sector de la fabricación aditiva está en auge, tanto es así que los analistas estiman que, si bien el volumen de este mercado alcanzó los 9.700 millones de euros en 2017, aumentará a los 26.000 millones antes de 2021. El reto ahora está en dejar atrás los límites aún existentes en la producción de componentes altamente complejos y alargar aún más su ciclo de vida.