El futuro pertenece a la conducción autónoma. Así lo pone de manifiesto los múltiples proyectos en los que las grandes compañías automovilísticas están inmersas. Sin embargo, aún falta mucho para lograrlo y es que, para alcanzar el nivel de autonomía, se requiere de tecnología de la que aún no disponemos y que necesita de un proceso. Según la Sociedad de Ingenieros de la Automoción (SAE), existen cinco niveles de automatización en la conducción de vehículos a motor.

claves de los vehículos autónomos

El vehículo autónomo es el futuro, pero no el presente

Desde el nivel nulo (donde el humano asume todas las labores de la conducción) hasta la automatización total (donde sería prácticamente prescindible), existen varias fases hasta alcanzar el vehículo autónomo:

• Nivel 0: El ser humano controla todos y cada uno de los aspectos del manejo del vehículo durante el 100% del tiempo que dura el viaje.

• Nivel 1: El vehículo empezará a asumir el control de ciertas tareas como la dirección, para aquellos coches que equipen asistente para el mantenimiento en el carril, reguladores de velocidad. Sin embargo, el conductor sigue manteniendo el control.

• Nivel 2: El vehículo es capaz de actuar de forma independiente dentro de unos escenarios controlados, como puede ser el aparcamiento o la asistencia en atascos.

• Nivel 3: Es el modo de conducción altamente automatizado. Los conductores (o más bien los “operadores de vehículos”) no necesitan supervisar permanentemente los sistemas.

• Nivel 4: La evolución de los sistemas de conducción autónoma llegarán a perfeccionarse hasta el punto de no necesitar de la intervención humana en ningún momento. Controlarán el tráfico y las condiciones de todo el entorno, definirán la mejor ruta (incluso las alternativas) y sabrán responder ante cada situación.

• Nivel 5: El vehículo capaz de ir a cualquier parte bajo demanda, sin volante, sin pedales, sin mandos de ningún tipo más allá de un interfaz con el que introducir nuestras órdenes.
Como podemos deducir y observar en nuestro entorno, aún estamos estancados entre la fase 1 y 2. Aunque vemos los primeros atisbos del nivel 3, nos queda mucho camino por recorrer para llegar a ver en nuestras carreteras un vehículo capaz de llevarnos a cualquier sitio sin necesidad de ningún sistema de control o maniobra. Se estima que la conducción autónoma total será una realidad en 2030.

Sin embargo, hay vehículos que ya son autónomos. En algunas minas de hierro australianas, se trabaja con gigantes camiones autónomos que son monitoreados y controlados remotamente desde un centro de operaciones. Gracias a estos sistemas, se reducen los costes y se evitan accidentes innecesarios por problemas de fatigas.