El uso de la energía como forma de propulsión se ha convertido en una valiosa alternativa para reducir la contaminación provocada por los coches en las ciudades. Una de sus aplicaciones más conocida es la del coche eléctrico, un actor que, día a día, aumenta su presencia y visibilidad en el panorama urbano gracias a que funcionan sin combustible.

Menos habitual es enfrentarse a un barco propulsado por electricidad, pero ya son todo una realidad. Nos referimos a los ferris verdes, el nuevo medio de transporte que hace de las aguas de ríos y lagos un lugar más sostenible.

seegold_siemens

Un ejemplo de ello es el barco de pasajeros Seegold, una embarcación fabricada en Alemania que desde 2015 presta sus servicios en el lago Constanza. Está equipado con tecnología totalmente eléctrica y tiene su propia fuente de alimentación a bordo, lo que hace que el control del sistema que lo integra sea fácil y eficiente.

La mayoría de los buques de navegación de pasajeros funcionan con unidades diésel-eléctricos, motores que generan energía mecánica que se convierte, a su vez, en energía eléctrica mediante un generador. Sin embargo, los ferris como Seegold cuentan con el sistema de accionamiento totalmente eléctrico  que permite la eliminación del generador diésel habitual a bordo como suministro de energía.

En concreto, la embarcación Seegold ha sido equipada con dos sistemas de propulsión completamente eléctricos de 182 kilovatios cada uno. Además, el sistema de convertidor de frecuencia SINAMICS S120 incluye una fuente de alimentación a bordo para la calefacción, la ventilación, la refrigeración, la iluminación y otros dispositivos electrónicos que el barco necesita.

Se trata de un sistema totalmente eléctrico ofrece una serie de ventajas frente a los sistemas mecánicos convencionales:

  • Mayor eficiencia energética del barco
  • Reducción significativa del ruido procedente del motor
  • Introducción del mantenimiento remoto que permite diagnosticar posibles incidencias a distancia

Resumiendo, en este tipo de barcos eléctricos, el sistema de gestión de la energía se lleva a cabo de forma rápida, sencilla y flexible para controlar constantemente los sistemas de propulsión.  A través de esta tecnología, es posible reducir significativamente la huella de carbono debida al transporte que actualmente supone un 40 % del total de emisiones emitidas a la atmósfera.