La ONU prevé que, para el año 2050, el 60% de la población mundial sufra los efectos de la escasez de agua. Con este panorama, las ciudades del futuro deben tomar una serie de medidas que promuevan un consumo de agua responsable y sostenible.

La ciudad de Londres, por ejemplo, se ha propuesto el ambicioso objetivo de ahorrar un 60% del agua que consume para el año 2025. Para entonces, la ciudad habrá aumentado su población en un 11% y estas medidas permitirán garantizar un correcto abastecimiento.

Para lograrlo, la primera disposición urgente es renovar el sistema de suministro de agua de la ciudad, formado por 3.000 millas de tuberías que necesitan una reforma inminente. ¿La causa? Una tercera parte del sistema tiene más de 150 años de antigüedad y cada día se pierden unos 680.000 metros cúbicos de agua por las filtraciones y los escapes, el equivalente a 350 piscinas olímpicas diarias.

La empresa encargada del suministro, Thames Water, está invirtiendo medio millón de libras al día en las reparaciones y mejoras del sistema. Sin embargo, el proceso es muy lento y caro, por eso es necesario que, de forma paralela, se tomen otras soluciones que garanticen un ahorro y uso eficiente del agua, como por ejemplo:

  • Mejoras en los hogares: Promoviendo el cambio de electrodomésticos antiguos por los actuales que consumen menos agua, o instalando inodoros con cisterna dual, la ciudad pretende reducir el consumo de agua en 60 millones de metros cúbicos anuales.
  • Medidores de agua: En la mayoría de los hogares londinenses no se mide el consumo de agua, ni se paga por la cantidad utilizada. La instalación de medidores en los hogares podría reducir el consumo entorno a los 30 millones de metros cúbicos al año.
  • Sistemas de control de presión: Otra medida que se está considerando es la instalación de un sistema de control de la presión del agua dentro del sistema de suministro. En la ciudad brasileña de Sao Paulo lo utilizan y eso permite controlar la presión del agua y reducirla en los momentos de menos consumo, e identificar fugas cuando se produzcan.

Con estas medidas, Londres podría reducir el consumo de agua en unos 100 millones de metros cúbicos al año. Un objetivo alcanzable que requiere un compromiso por parte de las autoridades y la sociedad.