Cuando se terminaron las labores de limpieza de la Zona Cero de Nueva York, se empezó a pensar qué tipo de construcción o escenario se instalaría en el famoso y trágico emplazamiento de las Torres Gemelas. El alcalde de la ciudad convocó un concurso en el cual diferentes arquitectos podrían presentar sus proyectos, sin importar de donde proviniesen. En este contexto, nace la idea del rascacielos la Llum.

fuente: www.architecturelist.com

Diseñado por el español Luis de Garrido, la idea inicial desarrollaba un entorno sostenible dentro de un edificio de gran altura, incluyendo sistemas que garantizasen la seguridad de sus habitantes mientras se respetaba el entorno. Además de dar respuesta a todos los condicionantes del concurso, el proyecto se autoimpuso un conjunto adicional de condicionantes a los cuales dar una respuesta óptima. En este sentido el diseño de los futuros rascacielos deberían cumplir:

  •  Diseño 100% sostenible
  •  Diseño bioclimático extremo
  •  Edificio inteligente por su diseño flexible y altas tecnologías
  •  Fachada multimedia
  •  Parecer mucho mas bajo de lo que en realidad es [del punto de vista del peatón]
  •  Flexibilidad extrema [facilidad de hacer cambios sin obras]
  •  Favorecer trabajo en casa y llevar el hogar al trabajo
  •  Seguridad extrema frente a incendios e impactos aéreos
  •  Facilidad de evacuación
  • Crear una nueva y original tipología de rascacielos-torre de telecomunicaciones

Dados los logros obtenidos en el diseño de “La Llum” para Manhattan, Luís de Garrido ofreció a la ciudad de Valencia la ordenación de un área importante de la ciudad: la zona comprendida entre la Ciudad de las Artes y de  las Ciencias y el barrio de Nazaret. El objetivo era mostrar cómo se puede lograr un elevado aprovechamiento urbanístico pero basado en unas premisas 100% sostenibles. Por ello, el proyecto contaba con una estructura basada en tipologías de casas semienterradas (hasta 4 alturas) y un rascacielos de 501 m. de altura (La Llum).

Además, se trata de un rascacielos bioclimático. Es decir, el edificio, por su doble piel  de Vidrio con protecciones solares, tiende a refrescarse en verano y a calentarse en invierno. Por otro lado, las exigencias puntuales en climatologías extremas son satisfechas mediante energías alternativas (bolsas de agua caliente y fría existentes en estratos subterráneos del edificio, energía solar térmica, solar fotovoltaica y biomasa).

En cuanto a su diseño, el rascacielos despliega un atractivo tremendo y nos hace sentir que estamos frente a un edificio completamente diferente. El placer de contemplarlo rodeado de espacios verdes ofrece la idea de que su diseño se basa en elementos intrínsecamente humanos (fuego, sangre, esperanza, espiritualidad, anhelo,…). Por otro lado, la parte alta del edificio es redondeada y muy delgada, por lo que las líneas visuales tienen una inclinación mucho menor de la que tendrían las visuales de uno más bajo, pero de gran volumen superior y cuadrangular. Es decir, el rascacielos ofrece un impacto visual positivo, tanto de cerca como de lejos.