La eficiencia puede reducir la factura eléctrica de las empresas españolas en un 14,2%
Ser eficiente es sinónimo de “hacer más con menos”, es decir, optimizar al máximo un recurso mientras se reduce su uso. Esto, traducido al mundo energético, significa abastecer la demanda de electricidad y ahorrar energía. Pero, ¿cómo podemos conseguir tremenda hazaña? Una buena manera de ser más eficientes y consumir menos es mediante el uso de tecnología que sea capaz de obtener buenos resultados sin necesidad de derrochar. Gracias a esto, las empresas españolas pueden limitar su gasto y lograr un descenso del 14,2% en sus facturas.
Así lo afirma un estudio realizado por Siemens Financial Services en el que se indica que la industria de fabricación mundial dispone de un importante potencial de ahorro energético, si se instalaran equipos más eficientes energéticamente. Entre las regiones analizadas, las cifras de ahorro energético potencial oscilan entre el 14% y el 20%:
- España cuenta con empresas muy eficientes y su capacidad de mejora es del 14,2%
- Le siguen Reino Unido y Alemania, con un margen del 14,5%
- Francia puede reducir la factura de sus fábricas en un 15,1%
- Otras economías en vías de desarrollo como China (17,2%) y Rusia (19,1%) presentan un nivel aún más alto de potencial de eficiencia energética
La situación líder de España en eficiencia energética industrial se puede atribuir en parte a que los fabricantes españoles son particularmente activos en la generación de energía solar in situ para subvencionar sus necesidades de energía eléctrica. Se estima que la situación favorable de Alemania en el ranking es resultado directo de iniciativas de eficiencia energética tanto a nivel de inversión como de implementación.
En Rusia, el sector industrial cuenta con equipos menos eficientes y más antiguos. Por lo tanto, es un país que cuenta con muchas oportunidades para obtener ganancias en eficiencia energética a través de la modernización y la sustitución de maquinaria.
El consumo de energía eléctrica en la fabricación ha aumentado tres veces más rápidamente que el gasto energético en conjunto durante los últimos 40 años. Al mismo tiempo, el coste unitario de esa energía eléctrica se ha incrementado considerablemente durante la última década. Por lo tanto, es vital reducir estos datos para la salud económica y la viabilidad de la industria.
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