Las acciones para reducir las emisiones de dióxido de carbono avanzan en diversos frentes. Desde mejoras en eficiencia energética hasta la apuesta por la obtención de energía a través de fuentes renovables, las organizaciones buscan la manera de reducir las emisiones sin que se vea mermada la capacidad productiva del país.

Para reducir las consecuencias del cambio climático producido por el alto nivel de contaminantes atmosférico, se investiga la manera de aprovechar el CO2 producido por la industria y el transporte para abastecer el consumo humano de manera sostenible.

Según los expertos, la captura y procesamiento de carbono es una de las principales opciones para reducir las emisiones de CO2. Una de las prácticas que más apoyo tiene en la comunidad científica es el almacenamiento de este gas ya sea en formaciones geológicas del subsuelo o en otros materiales durante un largo periodo de tiempo. Si se extendiera esta tecnología, los costes asociados a la estabilización de la concentración atmosférica de los gases de efecto invernadero se verían reducidos en un 30% como mínimo, tal y como lo afirma el informe especial sobre Captura y Almacenamiento de dióxido de Carbono del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

Sin embargo, para poder capturar el dióxido de carbono, es preciso empezar por separarlo de los demás gases resultantes de los procesos industriales o de combustión. Existen tres técnicas para conseguir este proceso en las centrales eléctricas:

•    Pre-combustión: cuándo se elimina el carbono del combustible (lo que evita la formación de CO2) antes de la combustión.

•    Post-combustión: captación del CO2 en la chimenea cuándo el proceso de combustión ha finalizado.

•    Oxicombustión: separación del CO2 en pleno proceso de combustión.

Una vez capturado el CO2 deberá purificarse y comprimirse para luego poder ser transportado y almacenado.

El método que se puede utilizar depende del tipo de planta. Por ejemplo, para las plantas de gasificación integrada en ciclo combinado (GICC), existe la posibilidad tanto de pre como post-combustión. Con la segunda opción, se consigue reducir un 90% la cantidad de CO2 liberada. En ambos caso, en vez de emitir los gases, se genera con ellos vapor que será utilizado para mover las turbinas en un proceso posterior.

En España, ciudades como Palos de la Frontera, Campo de Gibraltar, Sagunto y Arrúbal cuentan con plantas de ciclo combinado que aprovechan el CO2 resultante de su actividad. Gracias a este sistema, han conseguido una eficiencia del 58% y emisiones de CO2 por kilovatio hora mucho más bajas: 345 gramos por kW/hora en comparación a los 578 de media mundial.

Generación Fósil

Dado que las fuentes de energía fósiles son muy importantes en todo el mundo, la captura, utilización y almacenamiento de carbono juega un papel importante para lograr los objetivos de protección del clima. Nuestras soluciones para la captura de carbono cubren tanto los procesos de pre-combustión como los de post-combustión.